La Coherencia como elemento fundamental del Liderazgo
- Natacha Rodriguez
- 9 dic 2024
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Las grandes decisiones en el mundo o ámbito laboral generalmente se traducen en políticas, máximas, reglas, anuncios, entre otros, y se toman en períodos más o menos espaciados (por ejemplo, 1 año).

Luego existen unas decisiones medianas que se planean en base a los cuatrimestres (Qs) o semestres.
Finalmente, están las decisiones “pequeñas” que se toman cada mes, cada semana y hasta diría que diariamente.
¿Qué ocurre un gran porciento de los casos? Estas tres decisiones no están alineadas o, dicho de otra manera, no son coherentes. En efecto, estudios han dejado claro lo siguiente:
1. Dos tercios de las decisiones más importantes (grandes) se tomaban de acuerdo con la estrategia o identidad de la compañía;
2. El número era de un tercio cuando se trataba de decisiones de mediana importancia (medianas);
3. Una de cada veinte decisiones menores (pequeñas) del día a día.
Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando una empresa establece como política o máxima esencial el respetar el balance vida-trabajo de los empleados, y – al mismo tiempo – tiene una carga de trabajo inmanejable y no organizada, lo que conlleva largas jornadas de trabajo.
O cuando se establece que los empleados son el recurso más importante de la empresa, y a la vez no se le otorgan equipos de protección que se necesitan tomando en cuenta la naturaleza de un trabajo.
John Whitmore, se refiere a esto cuando establece: “Expresiones como ´nuestros empleados son nuestro recurso más valioso´, ´debemos capacitar al personal´, `liberar el potencial latente´, ´simplificar y delegar la responsabilidad´ u `obtener lo mejor de nuestra gente´, han llegado a convertirse en clichés en los últimos años. El significado verdadero sigue siendo tan válido ahora como cuando se pronunciaron por primera vez, pero con demasiada frecuencia no son más que palabras huecas. Se habla mucho de ellas, pero no se ponen en prácticas”.
Más allá de cualquier cuestión moral que conlleva este problema de incoherencia (que sí lo lleva), tendríamos que ver qué efecto tiene sobre la empresa en si. Y es que si el liderazgo no es coherente, pues los equipos lo perciben y eso genera situaciones incómodas y no muy buenas en el lugar de trabajo.
Esto lleva a la conclusión de que la Coherencia es uno de los elementos más fundamentales en el liderazgo. Y es que un empleado prefiere, sin lugar a dudas, que su líder simplemente le diga la verdad, por más cruda que sea. El decir una cosa y hacer otra, crea desconfianza, molestias y hasta pura ira.
Seamos coherentes, no solo con nuestros empleados, sino, y, sobre todo, con nosotros mismos y nuestros valores.