Cada vez más, el concepto de rendimiento se va ampliando para no solamente incluir productividad, sino también estabilidad, sostenibilidad y humanidad. En efecto, la “falta de tiempo”, las reuniones interminables, la falta de prioridades, los conflictos entre las distintas áreas de una empresa, el estrés y el afamado “burnout” ha tornado en importante – diría que necesario – el enfocarse no solamente en el trabajo, sino también en el equipo, en el bienestar y en el ambiente de trabajo. De esta realidad no escapan ni las oficinas de abogados ni los departamentos jurídicos de las empresas y de las instituciones, unidades que tienen la delicada tarea de resguardar legalmente a sus clientes, empresas e instituciones y a la vez facilitar el desenvolvimiento de la función y del negocio de éstas. Por ello, es esencial contar con las herramientas y acompañamiento esencial para poder cumplir este cometido de manera eficiente.